Lo que pensamos

Según la Neurociencia, tenemos unos 60.000 pensamientos al día, de los que el 90% son inconscientes. ¡Tan sólo un 10% son pensamientos conscientes! y de ellos, la mayoría son repetitivos, negativos o enfocados al pasado.

De este pequeño porcentaje de pensamientos conscientes, exactamente el 42% de los mismos son sobre un pasado que no podemos cambiar (lo que provoca sufrimiento y depresión), un 26% sobre un futuro incierto (lo que produce ansiedad), un 18% sobre cosas del presente que no podemos controlar y tan sólo queda un 14% que es el realmente importante, pues es la parte que sí podemos manejar.

Esto hace que, si no estamos “presentes” y nos dejamos arrastrar por esos pensamientos, generalmente negativos, del pasado o del futuro, nuestro cuerpo lo somatice en forma de enfermedad. 

Por ejemplo. la ansiedad nos puede provocar graves problemas intestinales, cardiovasculares, del sistema inmunitario, pulmonares, trastornos de sueño… 

Y la depresión, también puede provocar cambios metabólicos, mayor inflamación general, problemas circulatorios, cardiovasculares, tendencia a la obesidad y, sobre todo, problemas psicológicos.

Para estar presentes y conseguir reducir esa cantidad ingente de pensamientos “inútiles” hay una maravillosa herramienta, cada vez más conocida y de moda actualmente (aunque fue creada en los años 60, basada en la meditación budista) que se denomina Mindfulness. 

Su práctica tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas.

Una investigación publicada en la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar media hora de Mindfulness al día, alivia los síntomas de trastornos como la depresión o la ansiedad.

Mindfulness puede considerarse una filosofia de vida que incluye la práctica de la meditación.

Pretende liberar la mente de pensamientos nocivos.

Su objetivo es lograr un profundo estado de conciencia, libre de juicios, sobre nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos.

Se trata de prestar atención a lo que acontece en nuestro interior.

La base del Mindfulness es la meditación, pero es una práctica para llevar a cabo en las acciones que realizamos durante el día, cuando caminamos, comemos, nos duchamos… Hace que seamos más conscientes del momento presente. Se trata de poner atención plena en cada una de las cosas que hacemos o experimentamos.

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